En el cerro sagrado de Katekilla, ubicado sobre la línea ecuatorial calculada gracias a la tecnología GPS, la artista Luisa Ordóñez hilvanó 240 metros de hilo, la medida del error de la misión geodésica francesa, que trazó equivocadamente la localización de la línea ecuatorial. Con la medida de los 240 metros que separan el ecuador trazado por los franceses y el ecuador que se conocía en Quito antes de la era de los Incas, la artista  trabajó bajo la premisa de utilizar la distancia del fallo como material. Al contrastar las mediciones y conocimientos ancestrales con las imposiciones eurocéntricas, la artista cuestiona la historia "oficial" sobre el imaginario y significado de la mitad del mundo. Los 240 metros de hilo son utilizados para reproducir los textos grabados en el monumento “oficial”, dedicado a la misión francesa. Al recrear los textos del monumento de la ciudad mitad del mundo en sus lienzos y ponerlos en diálogo con su videoperformance en Katekilla, Ordoñez crea un antimonumento que cuestiona la narrativa hegemónica europea y abre preguntas sobre la historia impuesta, mediante la reivindicación del conocimiento ancestral y su conexión con el territorio.​​

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Texto curatorial de Rubén Díaz, director de No Lugar Arte Contemporáneo

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